Psiquiátrico entre el bosque

Off:
Aclaración: Hablo, Pienso, Narro, Voces

-Que paz, Que tranquilidad, jajajaja, que buenos y grandes son los espejos, ilusiones y fantasías creadas por la mente de los ignorantes y estúpidos que creen aun en la seguridad que los rodea-

-Tu eres igual que ellos que no se te olvide, también eres humano aunque esperamos pronto que estés entre nosotros para que seas usado como una marioneta-

-jajajaja, morirás, morirás, seras nuestro por toda la eternidad y mucho antes de los que esperas, jajajaja, morirás-

Los pasos hacían eco en aquellas viejas paredes, las arañas descendían con gran libertad por todos aquellos pasillos casi vacíos, las quejas y gritos de los que alguna vez habitaron aquel lugar aun podían ser escuchadas en una melodía armoniosa y lúgubre que cautivaba a pocos y enloquecía a muchos.

-Saben mejor que nadie que espero ese día con ansias, pero hasta ese momento seguirán siendo mis fieles perros falderos, marionetas, instrumentos de juego y distracción; también melodía de estos pasillos y adornos en el "jardín" de al lado-

La vos tranquila de un hombre se podía escuchar entre aquellos sin cesares de lamentaciones y quejidos. Una brisa tenuemente fría soplaba por todo el lugar, entraba por aquellas ventanas rotas trayendo con sigo un olor a muerte directo del cementerio que había en los linderos contiguos.

-Ya tu padre y su hermano yacen entre nosotros, sufriendo las lamentaciones y amarguras del infierno, llorando y gimiendo al igual que los demás que no han sido atados a esta tierra por tus caprichos-

-Ja, ¿Que quieren que llore?, se lo tienen merecido por no saber vivir... por no saber morir, ademas a ninguno de los dos les pedí que me dieran este regalo, ese al que llaman mi padre no fue mas que otro maníaco que los acompaño en vid y tras la muerte mientras que su hermano lo único bueno que hizo fue... nada, así que no me puede importar menos que lo que me interesan ustedes-

El goteo del agua se podía escuchar, tan lento y continuo que podía desesperar entre tanta melancoliza y sufrimiento, las caras de los condenados se podían ver entre las paredes, apareciendo y desapareciendo a gusto, siguiendo el caminar de aquel hombre que entre la platinada luz de la luna se le podía ver una mirada tranquila y despreocupada y un cabello violáceo oscuro que contrastaba con aquellos ojos penetrantes.

-Ya dejen de lamentarse por hoy o vallan a hacerlo al "jardín", quiero descansa ya que no hay quien me moleste o a quien alejar de aquel lugar y sus llantos y quejas solo me hacen reír y distraerme sin poder conciliar el sueño, haber si así por un instante me siento muerto y desconectado de tanta basura-

Las voces se callaron, el silencio sepulcral reino nuevamente en aquel lugar solo con una petición de aquel misterioso hombre que lo parecía habitar. Era increíble como los condenados le hacia caso y mas aun con la tranquilidad que les hablaba, pero así era el, ya se había acostumbrado y hasta los muertos sabían que no lo ponía de buen humor el no poder dormir.