Re: Taberna en Rodorio

por **Silvestre** Vie Jun 22, 2012 1:42 pm

Ivan aceptó a dar comida a Silvestre con la condición de que pagara el doble, y le sirvió un plato , junto con otro más que seguramente sería para el otro chico, Alekzander, aunque no sin antes reprocharles el que necesitasen de otro para alimentarse. También sirvió un vaso de sidra de manzana para él y Alekzander.

-Sí, que aproveche. Muchas gracias por la comida, no piense mal de mi, vengo desde Inglaterra viajando , pasando por uno y otro sitio, y bueno, solo puedo comer de lo que encuentro en el camino, de algunas provisiones que lleve conmigo y en restaurantes y tabernas como ahora. Por cierto ¿cuál es su nombre?

Dijo el vejestorio sin probar aún la comida, esperando a Alekzander, y esto era algo que le estaba costando un gran esfuerzo. Podria ser algo bruto, pero Meldon se ocupó de enseñarle todos los modales que un caballero habría de tener, cosa que no aprendió entre bandoleros, donde todo se lograba por la fuerza.

Aunque ahora que se paraba a pensarlo, ¿que había querido decir con eso de escarcha? Supuso que tenian hielo almacenado de alguna forma, pero el comentario no dejó de inquietar a Silvestre, teniendo en cuenta todas las cosas raras que había oido desde que entró en aquel lugar. ¿Será que los allí presentes eran mas que simples taberneros?

por **Alekzander** Vie Jun 22, 2012 11:15 pm

Ivan les reclamo a ambos el no poder alimentarse apropiadamente y luego les sirvio los platos que comerian, seguido de esto le pidio a Alek que enfriara las bebidas para poder disfrutar mejor los platillos. Por otro lado Silvestre se disculpaba de las cosas y trataba de explicarse, el acuariano no le presto mucha atencion puesto que busco un envase mas compacto para vertir un poco de estofado y brindarselo a su mascota, seguido de esto tomo las bebidas que aun continuaban en la mesa y las enfrio al punto perfecto con su cosmos, al concluir observo a Ivan con un rostro un tanto molesto. -Ahora debere esperar que se caliente mi cuerpo o tomar este estofado seria igual a beberme un tempano- Reclamo mientras trataba de acelerar el proceso de calentamiento de su cuerpo mas su cosmos era similar al cero absoluto por lo cual ahora se encontraba internamente congelado, en terminos relativos. El santo de Oro no se preocupo por la reaccion que podria tener el caballero de acuario, ya se habia percatado que se trataba de tauro y ademas, el mismo Leo fue quien hizo el pedido, asi que no tendria remordimientos por sus acciones, ni mediria sus actos. Al tiempo que esperaba, el zorro concluyo su platillo y se acerco a las piernas de Alekzander con un rostro dulce y calido -No te dare mas- Fulmino el peliblanco para provocar que su mascota regresara al plato ya vacio e intentara encontrar mas alimento, un suspiro se libro del pecho de este y vertio un poco mas de caldo sobre el envase del zorro.

por **Ivan** Vie Jun 29, 2012 2:54 pm

Por lo menos Alekzander sabía cumplir con su función…que en esos instantes se remitía a actuar como un simple refrigerador de bebidas. No estaba mal, después de todo algún uso normal debía dársele a sus habilidades sobrenaturales.

Tras una cena silenciosa y en la cual el dueño de la taberna acababa con su comida en un abrir y cerrar de ojos tras enormes bocados, ya parecía que no había nada más que agregar. Todos estaban cansados, predispuestos a ir a dormir y tener algo de un merecido descanso que los prepararía para el día siguiente. Bostezando con fuerza, extendiendo los brazos y mostrando sus prominentes colmillos el ruso se levantó de su asiento, tirando los trastes sucios en la pileta donde tendría que lavarlos tras unas cuantas horas de sueño ininterrumpido.

-Eso es todo entonces, asegúrense de no ser tan dependientes la próxima vez. No están dando un buen ejemplo.

Ah sí Alekzzander, si no tienes nada que hacer en la mañana asegúrate de pasar por aquí. Necesito a alguien que me ayude a cortar los troncos para hacer arder la leña. Supongo que sabrás hacer golpes de espada ¿no?- Inquirió el rubio, emulando el movimiento con la derecha mientras usaba la izquierda como apoyo, sin dejar de fulminar con la mirada al albino en todo momento. -Tal vez incluso podamos hacerle un favor al anciano para que aclare sus dudas, esas muecas con las arrugas lo hacen parecer un vagabundo aún más mugriento de lo normal…y lo digo sin intención de ofender.- Dijo el más robusto del grupo, mirando a Silvestre con una mirada desinteresada. -Como sea, suba las escaleras. La primera puerta a la derecha es la suya.

Buenas noches a los dos. Alekzander cierra la puerta con llave al salir.- Concluyó Iván con un gesto de mano, moviéndose y saliendo de allí con desinterés para así dar un portazo, perdiéndose detrás de la estancia que se encontraba inmediatamente debajo del tramo de escaleras antes mencionadas. Con eso su día terminaba de forma oficial.

por **Silvestre** Miér Jul 04, 2012 3:06 pm

Silvestre al fin comenzó a comer y tal era su hambre que ssintió que aquel estofado era lo más delicioso que podía probar un ser humano en toda su vida, era tan rico para el viejo que ni si quiera encontraba tiempo para adular y agradecer al ruso. Finalmente , entre bocado y y bocado consiguió decir un ''gracias'' muy apresurado, comía con una gran rapidez, casi no masticaba, o al menos no tanto como es recomendado. Era un hombre de modales, pero...Aquellos modales estaban diciendole ''Dejate de tonterias, come o te desmayarás''.

Y no se detubo hasta que Alekzander volvió y consiguió enfriar la bebida con su cosmos. Miró boquiabierto un momento, luego continuó con su desenfrenada y tardía cena.

Cuando acabó dió las gracias a ambos, y se dirigía hacia las escaleras para descansar.-No se preocupe por mí, no tengo ya demasiadas dudas acerca de quienes somos los aquí presentes, ¿O acaso cree que pienso que el chico hace eso por el estrés? Jejej, buenas noches, descansen, lo merecen ambos. Dijo mientras subía las escaleras, contestando al comentario del rubio.

OFF: Siento haber tardado tanto en arreglar el post, fallos técnicos.

por **Alekzander** Vie Jul 06, 2012 10:15 pm

La noche se habia ido lentamente tras finalizar las tareas, ahora el trio comia casi en silencio, digo casi pues el sonido de los sorbos tomados por Ivan y golpe de la cuchara de Silvestre hacian una sinfonia que algunos llamarian "Hambruna excesiva" pero eso le era indiferente hasta cierto punto al peli-blanco. Su mascota habia finalizado su cena asi como tambien el santo de acuario, Ivan hacia unos minutos que se habia marchado mientras Silvestre se despedia y subia hacia la habitacion que le habian asignado. Alekzander recordo las palabras del caballero de Leo sobre cerrar con llave y regresar temprano al dia siguiente, una sonrisa se formo en su rostro mientras se levantaba del asiento para marcharse. -Dudo que vuelva...- Susurro mientras tomaba sus cosas y a su mascota que ahora permanecia dormida sobre el suelo, el chico salio por la puerta cerrandola como le habian indicado al tiempo que suspiraba observando a la noche, lo joven que era y las infinitas posibilidades.

Alek se dirigio de manera inmediata a su casa, tras llegar salio a la terraza pues esta contaba con dos niveles y alli comenzo a concentrar su cosmos provocando que el viento nocturno se volviera mas friolento y agradable para los pueblerinos de aquel lugar. El santo se sento bajo la luz de la luna y comenzo a ver el reloj que llevaba en el bolsillo, al poco rato el zorro se desperto y se coloco junto a su amo quien lo acaricio por un rato mientras decia -Sera una larga noche, es unica entre muchas- Le comento a su mascota mientras mantenia su cosmos para continuar creando un ambiente mas gelido para el pueblo.

Las horas comenzaron a transcurrir y el cansancio se apodero del chico quien luego cayo rendido bajo los efectos de Morfeo, el amanecer lo encontraria en aquella terraza descansando placidamente, donde muchas veces antes las personas del pueblo lo habian visto a lejanias, pensando que era un anti-social sin saber la realidad de su situacion, situacion que el no compartiria con nadie pues la soledad le era agradable. Los primeros rayos del Rey astro se posaron sobre los orbes del muchacho para despertarlo y recordarle que a pesar de necesitar reposo, habia tareas que cumplir, el peli-blanco se mantuvo indeciso sobre que hacer por lo cual a final de cuentas decidio esperar a ver si Ivan enviaria por el o si realmente solo era una excusa para obligarlo a trabajar gratuitamente.

por **Asbeel** Dom Jul 08, 2012 6:08 pm

Había hecho un largo viaje, transportando el cuerpo de la mujer de cabello rubio. Había sanado sus heridas y curado su cuerpo con plantas que encontró en la región, viéndose obligado a improvisar por la urgencia, sin embargo aún no despertaba. Estaba con vida sí, pero no recuperaba el conocimiento. No podía llevarla a la taberna ya que no era el mejor lugar, así que dejó a la mujer en la casa de uno de los aldeanos, el viejo Gustav, un médico local que a veces le permitía atender pacientes en su consultorio. Su más grande interés era la medicina, por tanto tratar a enfermos y heridos era como un premio después de los entrenamientos que hacía con Akos, y ahora que él había dejado de existir lo usaba como pretexto para no estar metido en la taberna todo el día cuando se quedó con Ivan.

Estaba muerto del cansancio y no quería que lo primera en su lista de deberes fuera limpiar el piso o fregar los trastos sucios. No creía que un caballero de su calibre tuviera que humillarse limpiando los pisos en una taberna oscura, pero al destino le gustaba jugarle bromas de mal gusto. Dejó a la rubia en manos de Gustav, sabía que trataría bien a esa chica y cuando despertara volvería para hacerle algunas preguntas ya que le parecía una persona realmente curiosa. De todos modos le dijo a Gustav el lugar en el que podía encontrarlo si despertaba antes. En la taberna de Ivan, ¿dónde más iba a estar?

Ya era bastante tarde cuando llegó y se llevó una desagradable sorpresa cuando se encontró con la puerta cerrada bajo llave. Sólo eso le faltaba.-¡Ábreme! Hace frio aquí afuera.- Le gritó a Ivan, esperando a que respondiera.-De saber que estaría cerrado me habría quedado en casa del viejo...- refunfuñó molesto mientras se cruzaba de brazos y se recargaba contra el muro izquierdo junto a la puerta.

Además de estar cansado quería comentarle sobre los Berseker con los que se había topado en Wallachia, y también quería informarle sobre ese nuevo talento que halló, una mujer que a pesar de no portar una armadura ni pertenecer a ninguna facción hasta donde sabía pudo hacerle frente a un Berseker, algo completamente insólito.

por **Ivan** Miér Jul 11, 2012 3:34 pm

Conocía aquella voz. Sí, esa persona que estaba gritando no podía ser otra más que Asbeel.

Suspirando con molestia mientras se levantaba de la cama y se apresuraba a ponerse las botas de trabajo, Iván consideró las opciones que tenía por delante. Una era dejar pasar a Asbeel y escuchar su torrente de quejas que no pararían hasta que se peinara y se fuera a dormir; otra opción era la de dejarlo afuera y que siguiera gritando, incomodando el descanso del anciano al que le había cobrado extra por la noche…

Sí, no quedaba de otra.

-Mejor cállate enano.- Le dijo Iván a través de la puerta, abriendo el acceso y saliendo nuevamente, cerrando la cerradura para luego agarrar al chiquillo de Piscis y llevarlo a rastras lejos de la posada. -Hay ancianos durmiendo ahí dentro, así que mejor cierra el pico. Si andas irritado no la pagues con los que costean tu cena…y el techo.- Le reclamó el mayor con el bigote agitándose en las puntas, notando el peso del chico mientras daba pasos firmes por la calle en la que se encontraba el bar.

Luego de seguir rectos por unos cuantos metros más finalmente dio un giro a la izquierda, tras lo cual siguió aún más derecho para llegar a un claro, un punto donde colindaban unas cuantas casas abandonadas junto a los linderos del bosque cercano a Rodorio.

-Espero que no te moleste tener que cortar algunos troncos para la chimenea, ya me hacían falta tus rosas negras. Eso facilitará mucho el trabajo.-

por **Asbeel** Miér Jul 18, 2012 3:24 pm

El santo se molestó cuando Ivan lo cargó como si fuera un mocoso. Debía entender que ya no era más un niño, y tampoco era un enano. Quería reclamarle pero se mantuvo callado, como era típico de Asbeel, guardarse las cosas y quejarse en sus adentros. Además de que sentía que Ivan nunca lo escuchaba, ya que si lo hiciera sabría que a él le disgustaba el usar sus rosas negras para esas labores humillantes.

Una vez que llegaron al claro Asbeel se bajó a la fuerza y cuando estuvo en el piso empujó a Ivan, mirándolo con enojo. –No me gusta ser tratado como un niño.- Dijo entre dientes con la vista en el suelo. Caminó repelando en dirección a los arboles más altos, los que parecían elevarse hacia la luna, tratando de concentrarse en otra cosa en lugar de seguir peleándose, ya que sabía que esa pelea no la iba a ganar. Hiciera lo que hiciera Ivan no lo iba a tratar de la forma en la que él quería. Puso sus manos sobre un árbol grueso y alto, mientras su izquierda se transformaba en una garra afilada de color negro.

-No necesito usar mis rosas para esto.- Masculló al momento en el que incrustaba sus enormes garras en el árbol, cortándolo de un tajo. El estruendo del tronco caer resonó por todo el bosque, quebrantando el silencio nocturno y ahuyentando a los pequeños animales como ardillas, aves que dormían en las copas de los árboles e insectos de varios tipos, como si la presencia del demonio los alterara más que el mismo bullicio.

El Santo de Piscis comenzó a seccionar el tronco, reduciéndolo a leños. El aserrín voló hacia Ivan, guiado por el viento que soplaba en esa noche tenebrosa, causando que el chico soltara una carcajada. Los ojos de Asbeel brillaban como piedras preciosas de color verde mientras mantenía su parte demoniaca en estado activo.

Entre más pasaba el tiempo aprendía a controlarla mejor. Era él quien mandaba sobre su cuerpo, no su parte de demonio. -¿Te doy miedo, Ivan? ¿Por qué no huyes como todos los demás?- Le preguntó mientras se acercaba al Santo de Leo. Era una duda que tenía ya que la única persona que no había mostrado repulsión por ese detalle había sido Akos.

por **Anabeth** Miér Ago 01, 2012 12:29 am

La tenue claridad que mostraba la luz platina entrar por la ventana indicaba que aun era de noche, un corto tiempo que asociaba el haber estado en batalla en esa ciudad extranjera.

Mirando por todos lados halló sobre una pequeña silla el resto de su ropa y pertenencias, le aliviaba el encontrar su espada pero la sorpresa de verse completamente recuperada le intrigaba demasiado. Levantándose de ese catre improvisado se dirigió a vestirse, en ese instante experimentó un dolor agudo justamente en la parte donde el filo de la espada de su enemiga había golpeado su rostro lanzándola lejos… los momentos de recordar su primer combate la alteraban que cayendo provocó tal ruido que la intervención de ese hombre acudía inmediatamente para socorrer a la rubia.

Vaya has despertado, mucho más pronto de lo que calculaba déjame decirte.. ¿pero que haces niña?, deberías estar descansando, por muy bueno que sea tu doctor eso no te libra de la recuperación a la que estas obligada a tomar. Anda levántate que te ayudo a volver a recostarte…

Anabeth negó con la cabeza el volver a tener que recostarse, alejando gentilmente en su forma al hombre para alcanzar su espada y prepararse para retirarse. La curiosidad de aquel solo crecía pues el temple que caracterizaba a esa mujer no era el típico que incluso se daba cerca del Santuario. Cuando terminaba por alistarse la chica se inclino mostrándole su agradecimiento por alojarla, el impulso de avisarle donde se encontraba Asbeel fue meramente instintivo– Al hombre que deberías agradecer no se encuentra lejos de aquí.. seguramente lo hallaras en la Taberna, se ubica en el farol que siempre esta iluminado en este pueblo. Ambos tienen mucho de que hablar..–aquellos ojos oscuros se perfilaron hasta entrecerrarse mostrándose inquieto y a la vez entusiasmado, Anabeth supo en ese momento a lo que se refería, tenía varias dudas, las suficientes como para salir a su encuentro…

En su camino el frío que experimentaba la reconfortaba, era como estar en casa nuevamente solo que la realidad era muy distinta a lo que imaginaba. Sus pasos en el suelo endoselado remarcaban el ritmo constante de su destino, en esa ligera marcha apresurada por toparse con ese faro algo parecía desviarla.. la tranquilidad y el ambiente la embargaban sintiéndose a gusto, una sensación que no solía tener hace años. De repente casi en las afueras pudo darse cuenta de lo que le indicó ese hombre, acercándose notaba todo cerrado y que seguramente no era el momento adecuado para irrumpir…

¿Te doy miedo, Ivan? ¿Por qué no huyes como todos los demás?–esa voz la reconocía, rodeando la posada se adentro en el bosque donde aquel ruido se intensificaba, deslizándose fue testigo nuevamente de aquel aspecto que vio en Wallachia solo que no le atemorizaba como antes. Un paso en falso detonó el crujir de una rama indicando su ubicación en tal escena.

por **Ivan** Miér Ago 01, 2012 3:12 pm

-¿Salir de viaje te hizo más imbécil o qué?- Inquirió el mayor con los brazos cruzados, levantando una de sus inexistentes cejas mientras observaba como era que su acompañante se ocupaba de destruir uno de los árboles del borde…cuando era que había uno ya cortado y librado de sus ramas al costado del edificio. O Asbeel estaba ciego o el presumir su estado lo dejaba atontado. Rompiendo con su posición para así abrir y cerrar una de sus manos, hizo un ademán de golpe en dirección al rostro del pisciano, rompiendo dos de sus dedos crecidos por la madera como si algo lo hubiera golpeado varias veces.

-Tener miedo de… ¿eso? Uh, Akos debe estarse revolcando en su tumba de verte presumir tan ridículamente. De verdad, ¿después de tanto tiempo todavía pretendes amenazarme con eso?- Y antes de poder continuar el sonido de una ramita rompiéndose lo alertó: una mujer de cabello rubio y recortado por delante, así como recogido en una coleta por detrás los miraban con ojos inquisitivos. Con una espada en mano, algo le llamaba la atención dado que la fémina emanaba cierta aura…como si de forma inherente pudiera controlar el cosmos. Por lo visto el menor de los dos había conseguido un buen prospecto para Santo.

-¿Es tu novia o sigues en la etapa donde te gustan los chicos?- Preguntó el bigotudo apoyando su rostro en la mano derecha, bufando ligeramente mientras formaba una risa indeterminable. Aquella situación se le hacía bastante cómica, no todos los días veía a Asbeel acompañado por alguien de su edad.

por **Asbeel** Miér Ago 08, 2012 6:11 pm

Asbeel estuvo a punto de liberar un pequeño quejido por la amputación de sus dedos. Aunque no eran de carne siempre sentía cuando cortaban partes de él, ya que formaban parte de su cuerpo. Estaba seguro de que si los arboles hablaran también gemirían de dolor al ser trozados por un humano. El joven deshizo su transformación, por dos razones, porque ya había terminado de cortar la leña y porque escuchó el sonido de una ramita crujir. Había alguien espiándolos y sabía que no era lo ideal que ojos impresionables vieran su forma demoniaca.

Enfocó la vista hacia donde Ivan miraba, sintiéndose avergonzado, y ofendido al mismo tiempo. No le gustaban los chicos. Odiaba que el hombre de bigote pensara que era afeminado sólo por la apariencia que tenía. Nadie elegía el aspecto con el que nacía, y él nunca eligió blandir esa mascara, considerada tan perfecta que sólo podía ser obra de las manos del demonio. Aunque su respuesta lo hacía sentir mejor. El viejo León era de los pocos que podían verlo como un demonio sin huir horrorizado. Se quedó en silencio, con una sonrisa ligera que Ivan pudo o no percibir.

La persona que los observaba desde la penumbra era la mujer de cabello rubio a la que había salvado de morir asesinada por uno de los bersekers. Eso le recordaba que por estar haciendo coraje no le había dado la información que colectó en Wallachia al Santo de Leo. Qué torpe. Merecía otro regaño por habérsele escapado algo tan importante.

-Eso me recuerda, hay algo que no te he comentado. Bien, no algo, son muchas cosas las que debí decirte al llegar pero no te vayas a enfadar conmigo. ¿Recuerdas a los Bersekers de los que Akos y tú hablaban? Me enfrenté a dos de ellos, aunque esa mujer de ahí tuvo el valor de encarar a uno de esos guerreros. Creí que sería bueno traerla conmigo, no parece saber nada acerca de su potencial y habilidades. Al principio pensé que era el cosmos de un aliado, eso fue lo que me llevó a Wallachia en primera instancia.- Le dijo, cruzándose de brazos y mirando a la mujer.

No le agradaba para nada que estuviera moviéndose, ya que la recuperación era lenta. Aunque ya se sintiera mejor las heridas de su cuerpo aún no estaban totalmente sanadas. –No deberías estar aquí, las heridas en tu cuerpo no son algo que debas tomar a la ligera. Es un milagro que sigas viva, niña.- Le reprochó, arqueando la ceja y regresando la mirada al rostro del mayor.

por **Anabeth** Jue Ago 16, 2012 11:53 am

Su vista desprovista de la sorpresa por la amputación de esos “dedos” ahora se centraba en el sitio donde habían caído, conservándose la joven en silencio solo pensaba en la posibilidad de que esos dos hombres le otorgarían las respuestas que tanto estaba buscando, pero existía algo que le llamo la atención al momento de salir de aquel supuesto escondite.

Como el pelinegro mencionaba ahora estaba segura que se encontraba en otro lugar, muy diferente a Wallachia. Los demonios con los que creyó combatir los denominaba como Berserkers, el mismo grado a los que se refería el hombre de su última revelación, y por sobre todas las cosas.. que ellos ya tenían noción de lo que eran esos seres que creía provenientes de una de las más terribles pesadillas.

- …Al principio pensé que era el cosmos de un aliado, eso fue lo que me llevó a Wallachia en primera instancia. Ahora comprendía que tal impulso por querer ayudarlo en el momento de la batalla no era en vano, no era como esos demonios, sin embargo ¿quién era?. Abandonando el apoyo en la guardia de su espada avanzó con tranquilidad mirando al sujeto rubio de a lado, recordaba aun sus palabras…

Un milagro. -En verdad que lo era, no recordaba nada en absoluto, solo el terror de aquella mujer que trato de eliminarla. Estando frente al pelinegro extendió su palma para rozar la mejilla ajena, buscando respuesta a través del oscuro que ya demostraba sus ojos. Como una reacción instintiva una energía de paz parecía desprenderse de ella, mucho más fuerte que experimentó en sus entrenamientos. Viéndose así misma envuelta de un brillo plateado pudo constatar que era diferente.

El iris en sus ojos se abría, alejándose de aquella pareja sin poder controlar nada de sus movimientos, simplemente la voz que resonaba en su cabeza y la cual la había estado acompañando desde el inicio de su viaje le indicaba que entregara su mensaje a aquel hombre. Más de inmediato su cuerpo aun estaba resentido por las múltiples heridas que recibió… no estaba segura, quizá si se estaba volviendo loca.

¿Qui êtes-vous?

por **Ivan** Vie Ago 31, 2012 4:07 pm

Y tal como Iván se lo esperaba, el chiquillo de Piscis no hacía nada más que presumir tontamente de su estado como demonio. Una vez se dedo se recuperó y que se dignaba a presentarle a la mujer, el ruso tan solo levantó sus cejas inexistentes para escuchar la explicación, así como el hecho de que había combatido con un par de Berserkers y el potencial innato de la rubia. Inmediatamente después la mencionada fémina se dirigía a él, hablando en francés, idioma que entendía y hablaba rudimentariamente, aunque no lo reconocería. Era demasiado temprano como para ponerse a discutir sobre semejantes frivolidades. Sin prestarle más atención al dúo tomó la leña cortada por Asbeel, poniéndose en marcha para regresar a la posada. Mirando hacia el cielo, aquel tono azul grisáceo lo que hacía era querer adormecerlo aún más.

Resoplando, se volteó para ver al par de novios de frente.

-Hablemos de eso después. Todavía tengo que poner a calentar la chimenea.- Dijo Iván con tono terminante, acabando de plano con la conversación mientras señalaba a sus espaldas con el dedo pulgar. -Y no me hables así.- Le exigió a la mujer, haciendo referencia al francés. -Cuando aprendas a pronunciar un idioma que pueda entender, hablaremos. La verdad, estos chiquillos de ahora están todos locos…creen que viajar de un lado a otro está bien o que sin esfuerzo uno lo va a entender cuando hablan en mongol.- Concluyó, más para sí mismo que para los demás, poniéndose a caminar y entrando en la calle principal de Rodorio. Unos cinco minutos después se encontraría en el portón de la posada, sin preocuparse por pasar frío. Al parecer Alekzander se había dedicado bastante en tirar escarcha ya que incluso, una niebla opaca se levantaba desde las baldosas pétreas del suelo. Tendría que hablar seriamente con Acuario apenas pudiera.

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