Faust de la Ira

por **Faust** Jue Jun 14, 2012 12:43 am

Nombre: Faust.
Apellido: Walker.
Alias: Wrath.
Nacionalidad/Origen: Londres, Inglaterra.
Género: Masculino.
Edad: 18 años.
Armadura: Súrplice de la Ira.
Descripción Física Es un chico alto, de cuerpo delgado pero con una musculatura notoria debido al ejercicio ya que siempre ha sido de su agrado mantenerse en forma. Además, el rey no podía permitirse un cuerpo flácido y débil, no se veía bien para el pilar de una nación. Tiene ojos azules, cabello azulado parado en algunos picos, tez muy clara y sin imperfecciones, al menos no visibles.

Personalidad La mayor parte del tiempo se mantiene calmado, no es de decir muchas palabras y por ello es normal en él actuar serio, sin mostrar ninguna emoción fuerte. Trata a todos con frialdad, además de ser tomado erróneamente como alguien arrogante por las personas que se ofenden porque no es del tipo conversador, pero siempre es educado ya que detesta las vulgaridades. Por ello se pone de malas cuando escucha a alguien hablar sin propiedad. Puede ser un joven sumamente agradable, ya que desde pequeño le enseñaron buenos modales, modales que no ha perdido con el paso de los años. Cuando era niño era vivaz y alegre, pero por ciertos factores su personalidad tuvo un cambio drástico, y cuando despertó como un pecado se volvió todavía más complicado y por sobre todo violento. Es un hombre sensible, ya que se pone melancólico al recordar eventos de su pasado. Ocasionalmente se le puede ver sonreír y hasta reír, pero en muy contadas ocasiones.

Técnicas y habilidades

Majesty: Tiene un dominio completo del tiempo, pudiendo detenerlo con la intención de paralizar ataques inminentes, acelerarlo con el objetivo de alterar la edad del mismo o la de otros, pausarlo para volver los movimientos de su rival más lentos. Faust tiene la habilidad de manipular el tiempo de la manera en la que se le plazca, su control es tan perfecto que sólo volverá a fluir con normalidad cuando el pecado de la ira lo desee, usando su habilidad para jugar con el tiempo de vida de su oponente. Con sólo pensarlo es capaz de regresar al objetivo a su tierna infancia o convertirlo en un anciano decrepito.

Existe otra variante de la técnica que el pecado ha ido perfeccionando en cada una de sus encarnaciones, en la que en lugar de controlar el tiempo de un individuo en especifico puede afectar a todos los que le plazca, congelando el tiempo, aunque puede elegir quien no es afectado por su técnica. Al principio no era capaz de usar su poder de forma selectiva, pero ha aprendido a hacerlo con entrenamiento.

Ancient Power: las manecillas del reloj comienzan a girar hacia atrás mientras el cielo se torna oscuro, tan oscuro como los sentimientos de Faust. Esta técnica hace que recuerde todo el dolor y el sufrimiento experimentado en guerras anteriores, todas las cicatrices y heridas que el tiempo no pudo borrar. Un aura purpura cubre su cuerpo por completo mientras sus ojos brillan intensamente. La técnica consiste en concentrar el poder de sus vidas pasadas en un sólo ataque devastador que libera en forma de un millar de proyectiles que congelan en el tiempo todo lo que tocan para después hacerlo desaparecer con un movimiento de su mano. No solamente desaparece su cuerpo, también su presencia en el tiempo y el espacio, como si nunca hubiese existido.

Flashforward: A su alrededor brotan rosas purpura de inusual belleza, como un hermoso recuerdo lejano, de fragante aroma y brillantes como si estuvieran bañadas por polvo estelar, mientras que aparecen esferas de cristal de diferentes tamaños flotando deredor. Cada esfera muestra imágenes, paisajes de mundos felices y otros mundos más oscuros. Cada esfera es una realidad diferente, un mundo alternativo al que puede enviar a su enemigo. El perfume de las rosas paraliza el cuerpo del rival como si hubiera sido detenido en el tiempo, sin tener la opción de escapar mientras Faust decide la realidad a la cual enviarlo.

Historia

Nacido en Londres como el hijo del actual rey por ese entonces. Su vida transcurrió con normalidad, aunque varias veces se vio sumido en la depresión a causa de que sentía que su vida era monótona y aburrida. No había mucho por hacer ya que solamente se veía como el sucesor de su padre, incapaz de tener ilusiones y sueños propios, viviendo la vida que su padre quería y no la que él decidió.

No despreció la educación, para nada. Sabía que entre tantos libros debía haber una respuesta a sus crecientes problemas, que cada vez eran más. Querían casarlo con una desconocida, imponerle gobernar un país que realmente no le interesaba; le daba igual, lo único que le agradaba era la vida de lujos que llevaba, pero no deseaba cansarse pensando en cosas que no eran de su interés pues no sentía tener madera de rey, ni siquiera para ser de la realeza de ese país.

Mientras repasaba su amplia colección de libros, en su mayoría de historia, encontró algo que llamó su atención. Era un polvoriento diario que jamás había visto en la vida, el cual cayó de la estantería, invitándolo a ojear su contenido. Por alguna razón se sintió inexplicablemente atraído a él así que comenzó a analizarlo.

Más que un diario parecía la bitácora de un capitán pirata. El diario hablaba sobre las aventuras de Arsenio Markov, un pirata de allá por el siglo XVII. Se interesó bastante en lo que relataba aquel diario ya que hablaba sobre aventura, descubrimiento, y la evolución de un joven mimado como él, quien se convertiría en el rey de los piratas de su época.

Leía tres hojas del diario por noche ya que no quería matar su única fuente de entretenimiento. De esa manera se entretuvo por dos años, hojeando las páginas amarillas por el tiempo de aquel diario intimo en el que no sólo se relataban las hazañas y los perfiles de los elementos de la tripulación de Arsenio, también hablaba de sus inseguridades, de sus miedos y sobre todo, de su temor a la vejez.

Algo curioso llamó la atención del joven mientras leía ya que se encontró con algo que no pudo entender, al menos no tenía mucho sentido si se le interpretaba de una forma literal: “Mientras tenga mi báculo seré joven por siempre, y mientras sirva a Hades seguiré teniendo mi don”. Otra de las anotaciones no le pareció muy lógica: “No quiero morir de nuevo bajo las mismas condiciones”. ¿Morir de nuevo? ¿Hablaba metafóricamente? El diario no especificaba nada.

Entre tanto leer aquel interesante documento, que pasó de ser una interesante autobiografía a una historia imaginativa y sobre todo extraña, en la que se hablaba sobre Espectros, un jefe llamado Hades y otras muchas cosas sin sentido, como la existencia del inframundo y la de dioses. Él no creía en esas cosas, ni siquiera en los famosos demonios o en los rumores extraños que existían sobre la misteriosa luna roja. Pero por más absurdo que le parecía no podía dejar de leerlo, sentía una obsesión insana por el diario aunque era una historia carente de sentido.

Empezó a tener alucinaciones, a soñar despierto, y a ver esos reinos descritos en el diario. Recordaba los rostros de sus compañeros. ¿En qué momento se habían convertido en sus compañeros? Compañeros, hermanos, espectros, pecados… todo era lo mismo en su cabeza. No recordaba ni su propio nombre por las lagunas mentales. Un día era Jacques y al otro Nemrod, y en las noches de luna llena se convertía en Arsenio Markov, quien se comportaba como todo un líder hecho y derecho listo para tomar el mando de esa nave.

Todo en su cabeza era muy confuso, tenía sentido y al mismo tiempo era incongruente. Los demonios, cuya existencia siempre fue un mito para Faust, ahora rondaban por el castillo e incluso se le veía hablando con ellos, pero no era Faust quien hablaba, era Jacques Vane, quien parecía del todo familiarizado con esas bestias y las trataba como amigos cercanos. El rumor de que el príncipe tenía demonios como amistades se esparció como la pólvora, pero su familia negaba tales falacias.

Su padre murió poco tiempo después de manera misteriosa y al ser él su progenie se hizo del poder. Claro, a Faust no le interesaba gobernar, pero a Nemrod le gustaba la idea de volver estar a la cabeza de un reino después de la tragedia de Mesopotamia, ya que ahí no había una Esther que lo estorbara y quería corregir el error del pasado. Las diferentes personalidades del príncipe, si así podía llamárseles, tras un largo proceso se unificaron, ya no eran individuos diferentes y dejaron de enloquecer a sus súbditos y parientes con los cambios de nombre y actitud repentinos. Era la Ira, que reunía todas las cualidades de sus vidas pasadas.

Nombre del Anime/Manga/Videojuego del que proviene: Ichinose Tokiya.
Nombre original del personaje: Uta No☆prince-sama♪

por **Halestorm** Jue Jun 14, 2012 1:14 am

Personaje Aceptado

Bienvenid@ al rol, esperamos que tu estadia sea grata y por sobre todo, diviertete.

[ De ahora en adelante tu nick será Faust ]

Faust de la Ira

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Re: Faust de la Ira