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Anabeth amazona de águila

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Anabeth amazona de águila Empty Anabeth amazona de águila

Mensaje por Anabeth Miér Mayo 23, 2012 10:24 pm

Nombre: Anabeth
Apellido: Du Lys
Alias: …
Nacionalidad/Origen: Francia
Género: Femenino
Edad: 19
Armadura: Armadura de águila

Descripción Física:
Spoiler:

De estatura promedio 1.70 cm, complexión delgada además de tener una buena flexibilidad. Su cabello es largo y rubio llegando más allá de la mitad de sus muslos sino es que más, lo lleva trenzado mientras que algunos mechones sueltos se descubren como otra capa de su cabello que ondula hasta sus hombros. De orbes de un profundo color púrpura y piel nívea.

Su vestimenta a pesar algo fuera de su época es la que esta acostumbrada a llevar en entrenamientos, es un largo vestido donde la línea de la falda descubre su muslo derecho dejando a la vista dos medias que llegan a mitad de su pierna. Le permite mayor facilidad de movimiento así como también en la cintura se sujeta un cinturón de cuero donde lleva pendiendo a su costado izquierdo la espada que le fue heredada por su antecesora.

Cuando no lleva la armadura puesta suele usar ropa demasiado holgada que escondan su figura, unos jerseys y unos pantalones ajustados usando botas de suela baja.


Personalidad:
De una actitud serena, casi prefiere trabajar o conseguir su meta sola pero tampoco se aparta de la idea de compartir su experiencia con sus compañeros. Se apega fielmente a las tradiciones impuestas por el santuario a excepción de portar la máscara amazónica, así mismo como obedece al pie de la letra las órdenes impuestas por su líder.

A veces se ha dicho que mantiene una actitud fría y distante pero solo eso se presenta a la hora de la batalla, siempre ha sido de las personas de atacar los problemas de frente o en su dado caso minimizar el número de víctimas incluso siendo benevolente con la vida de su oponente, puesto que entiende que como guerrero también sigue su propio camino y devoción hacia su líder. No obstante la ausencia de la diosa Athena es algo que jamás ha podido lidiar, por lo que cuando se toca el tema de su desaparición su actitud puede transformarse ligeramente agresiva ya que no cree absolutamente les haya abandonado, de ahí su desesperación a entregar dicho mensaje al patriarca y romper definitivamente su voto de silencio para la diosa a la que sirve. Desagradándole totalmente la batalla, la lucha es su último recurso para defender lo que más quiere.

De personalidad un tanto cerrada ante sus compañeros puesto que la menospreciarían de no ocultar su rostro, ha admitido llevar una vida en soledad como lo hacía en su villa. A pesar de no hablar abiertamente con los demás ha aprendido a usar su cosmos para comunicarse a través de el cuando lo ve necesario, resaltando esa peculiar habilidad al dominar el viento como elemento de dominio.


Técnicas y habilidades:

Historia
Proveniente de la misma villa donde vio nacer a una heroína Jeanne D’arc -Domrémy, Francia- y perteneciente al linaje de la familia Darc. Anabeth fue una joven educada “normalmente”, obligada a esconder el ennoblecimiento de su familia por lo que casi después de 100 años donde se reconoció oficialmente a su antecesora por darle no solo el título de una guerrera que ayudó a retroceder a los ingleses en su lucha por independizarse, sino también por considerarla una persona santa que fue guía misma de los preceptos de Dios se rumorea que su obligación estaba más allá de su nación.

Creciendo siempre con las hazañas de esa figura que admiraba se prometió así misma llegar a ser alguien tan fuerte como lo fue Jeanne D’arc.

Su vida también fue marcada por la sencillez, a pesar de todos los títulos nobiliarios su tutor a cargo de su educación tomó la decisión de entrenarla tras su descubrimiento -de saber que era casi de la única que llevaba en su sangre la de la heroína francesa-. Sin más conocimiento de las verdaderas causas por las que fue sometida a explotar sus capacidades físicas solo le quedo obedecer, pensando que siempre tendría un motivo. Dominando el arte de la espada demostró capacidades suficientes tanto en velocidad y estrategia, siendo un claro ejemplo para llegar a las filas militares. Teniendo la mínima esperanza de formar parte del ejército francés se aventuró a continuar su camino para aprender cada vez más diferentes estilos de pelea, pero la fuerza no lo venía siendo todo por lo que ayudada a conocer no solo su historia de la nación donde provenía, aprendió de cada uno de los países y líderes mundiales que marcaron una enorme huella con el paso del tiempo.

Fue entonces que absorbida en uno de los tantos libros de la biblioteca privada de su tutor, descubrió interesante documentación de una diosa guerrera, casi igual de admirable como la figura de su antecesora, por lo que alimentando cada noche su ansía de conocimiento después de su entrenamiento se entretenía en nuevos relatos de la diosa griega denominada Athena, una mujer que entregándolo todo por el mundo que protegía, entregó su inmortalidad para estar más cerca de humanos con dones sobresalientes que resguardaban al universo del mal que podía manifestarse en su contra.

Al parecer no había cambio alguno, su vida ya era marcada por la rutina, por la imposición de ese hombre a sujetarla miles de veces a un entrenamiento que la preparaba claramente para una guerra que desconocía. Revelándose una ocasión a su tutor y maestro cuestionaba si algún día le dejaría seguir su propio camino, pero las palabras de ese hombre que estaba a cargo de su cuidado solo respondían con un silencio absoluto. Decepcionada huyó lejos una noche, donde la estación más inhóspita del año se posaba en la pequeña villa de Domrémy. Entonces solo pudo darse cuenta de la cruel realidad que la rodeaba: su vida, su aislamiento, cada detalle mínimo de no saber que le deparaba más al frente.


Anabeth.. Anabeth…

Manteniéndose en calma volteó lentamente inspeccionando el área que se encontraba, la nieve bajo sus botas solo transmitían el gélido ambiente por el que se hallaba. Suspicaz levantó su abrigo mostrando solo el mango de su espada, debía mantenerse alerta aunque esa voz que pudo sentir en un cálido aliento de gentileza la lleno de temor.

Anabeth.. –siempre en sentidos diferentes, en tonalidades y matices que descendían y ascendían, la estaban llamando, girando solo por el eje de su propio cuerpo desenfundó. No le agradaba esa broma por la que estaban pasando, no le agradaba pensar que podría estar perdiendo la razón. Defensiva descubrió su rostro bajando la capucha que ocultaba su faz.- ¡Muéstrate de una vez!

Baja la espada… Anabeth… Anabeth..

Anabeth, baja la espada.


La caída de la nieve solo descubría figuras intangibles que se paseaban en el viento de la noche, no podría decirse que eran figuras que reconociera o fuera capaz de ver a través de un sueño, esto era cada vez más allá de lo que un humano podía comprender. Las presencias se difuminaban ante sus ojos purpúreos, mezclándose varias veces entre sí y llegando a acogerla para que ese sentimiento de resistencia se alejara, asimilando la situación que se le presentaba por vez primera.

Anabeth… fuimos enviados para darte un mensaje, no les ha abandonado, ella aun sigue con nosotros.

¿De quién hablan?

Las voces callaron, soltando su espada amortiguó en ese manto blanquecino para pasar a arrodillarse y rendir respeto. Un incendio en su pecho se propagaba…

No temas.. la respuesta la hallarás en Grecia… justamente en Rodorio. Entrega nuestro mensaje al patriarca..

¿Cómo es que…?, no lo entiendo.

Solamente debes decirle que no les ha abandonado.. –el viento nocturno cesaba, su angustia crecía, ¿quién era el patriarca?, ¿Por qué era vital llevar ese mensaje?... no comprendía pero el impulso en su interior le anunciaba que debía tomar la dirección que le habían indicado esas voces divinas. Retrocediendo su natal pueblo quedaba aun a sus espaldas, no tenía tiempo de explicar nada y aun quedaba la interrogativa si le creerían o no. Presionada por ese hecho solo tomo el único objeto de valor que tenía significado para ella, su espada que la acompañaría durante su trayecto a Grecia, el único compañero que solo necesitaría.

Meses pasaron para que pudiera trasladarse a salvo a su destino, creando amistades solidas así como aprendiendo de un nuevo mundo del que era totalmente ignorante. Finalmente podía sentir satisfacción y seguridad de llegar a salvo gracias a la guía siempre de esas voces que la acompañaban, protegiéndola de alguna forma en su traslado. Sin en cambio apenas sería su lucha para poder llevar a cabo su misión -debido que las mujeres no podían entrar al santuario no dudo ni un momento en ingresar para formar parte del ejército ateniense- y fue ahí que pudo descubrir la presencia de la diosa que tanto admiraba, el verdadero rumbo por el que su destino siempre estuvo marcado.

Conociendo el sitio que pertenecía no tardo en enterarse del mal que les rodeaba, era de suma importancia de ver al Patriarca pero para lograr ver a dicha personalidad era meramente imposible para alguien de su rango. Aceptando las condiciones en las que debía vivir rechazaba la máscara amazónica, no veía motivos por los que ocultarse, demostraría ser un guerrero a pesar del género que provenía. Guardando el secreto de su mensaje el don de dominar su propia energía se manifestaba, casi prometiéndose a si misma un voto de silencio hasta conocer al líder que entregaría su voz y obediencia.


Adicional
*Posee un voto de silencio.
*No le agrada cuando alguien es capaz de hablar mal de la persona que más admira.


Nombre del Anime/Manga/Videojuego del que proviene: Fate/Apocrypha
Nombre original del personaje: Joanne of arc
Anabeth
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Santo de Athena
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Anabeth amazona de águila Empty Re: Anabeth amazona de águila

Mensaje por Nick Miér Mayo 23, 2012 10:47 pm

Personaje Aceptado

Bienvenid@ al rol, esperamos que tu estadia sea grata y por sobre todo, diviertete.
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